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martes, 27 de septiembre de 2011

LA PREHISTORIA




INTRODUCCIÓN



En este tema hablaremos de La Prehistoria que según la definición clásica es el período de tiempo transcurrido desde la aparición del Homo Sapiens hasta la invención de la escritura, hace más de 5000 años. La cual según otros autores se terminaría con la aparición de las sociedades complejas que dieron lugar a las primeras civilizaciones y estados. Así pues daremos un pequeño recorrido pero significativo ya que obtendremos nuevos conocimientos sobre nuestra Prehistoria. Es importante conocer que paso durante este periodo, por tal motivo te invitamos a que le dediques un poco de tiempo y le tomes interés ya que es muy interesante este tema además de que nos dejara con muchas ideas y así mismo nos resolverá dudas.


DESARROLLO

Como ya mencionábamos antes La Prehistoria es según la definición clásica es el período de tiempo transcurrido desde la aparición del Homo Sapiens hasta la invención de la escritura, hace más de 5000 años.



Es importante señalar que según las nuevas interpretaciones de la ciencia histórica, la prehistoria es un término carente de real significaría en el sentido que fue entendido por generaciones. Si se considerara la historia tomando la definición de Marc Bloch, como “el acontecer humano en el tiempo”, todo es historia existiendo el ser humano, y la prehistoria podría forzadamente solo entenderse, como el estudio de la vida de los seres antes de la aparición del primer homínido en la tierra. Desde el punto cronológico, sus límites están lejos de ser claros.



Por otra parte hay quienes preservan una definición de esta fase o al menos su separación de la historia antigua en virtud de criterios económicos y sociales en lugar de cronológicos, ya que estos son mas ideográficos, y aquellos mas generalizadores y por lo tanto pues mas susceptibles de proporcionar una visión científica.



PREHISTORIA, HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA



Desde el punto de vista más tradicional, se considera que la Prehistoria es una especialidad científica que estudia, por medio de la excavación, los datos de este periodo de la Historia que ha precedido a la invención de la escritura y en el que los restos arqueológicos son la principal fuente de información.



El resto viene de disciplinas auxiliares como la etnografía, la paleo antropología, física nuclear para efectuar dataciones absolutas, el análisis por espectrómetro de masas de componentes líticos, cerámicos o metálicos, la geomorfología, la edafología, la taxonomía, la paleontología, la paleobotánica, la estadística no paramétrica, la topografía y el dibujo técnico, entre otras muchas ciencias y técnicas.



De manera que hay un gran número de personas que consideran a la Prehistoria una especialidad dentro de la Historia, sólo que mucho más tecnificada y pluridisciplinaria. La metodología de base para la obtención de datos en la Prehistoria es, obviamente, la arqueología por lo que hasta hace muy poco Prehistoria y Arqueología eran confundidas constantemente. Mientras que en los ámbitos académicos de la Europa continental, la Prehistoria es una especialidad de la Historia, siendo habitual que haya departamentos de Prehistoria dentro de las facultades de Historia y también es normal que la financiación de las investigaciones corra a cargo de instituciones de orientación humanística o la propia administración estatal. En cambio, en América y las Islas Británicas la Prehistoria está siendo supeditada a la Arqueología, la cual, a su vez, suele verse como una especialidad de la Antropología cuyo alcance, en cualquier caso, no se limita a las fases preliterarias de la Historia, sino a cualquier periodo pretérito, aunque sea muy reciente. Además, la organización de los departamentos de Arqueología anglosajones suele ser diferente al asociarse a menudo a las Ciencias Naturales, incluyendo laboratorios propios y sistema de financiación ligados a organismos enfocados a tales ciencias o fundaciones más relacionados con el sector privado.



Por otra parte contamos con los últimos estadios de la Prehistoria: la Protohistoria, que engloba los periodos sin escritura de ciertas regiones contemporáneas de las culturas históricas, cuyos textos nos dan una información adicional sobre estos pueblos ágrafos. En todo caso, la definición o el concepto son bastante limitados; escasamente útiles fuera del ámbito europeo. Las culturas protohistóricas suelen incluirse tanto en el estudio de la prehistoria como en los primeros momentos de la historia antigua.



PREHISTORIA, HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA



África es la cuna de la humanidad y actualmente es el continente con más pueblos prehistóricos. Es fácil concluir que la prehistoria de África es la más larga y compleja de todo el globo.



Norte de África



El África mediterránea tiene, durante la Edad de Piedra, una periodización equivalente a la europea, Paleolítico y Neolítico. Después, la influencia de la civilización Egipcia y la llegada de colonizadores fenicios aceleran el ritmo evolutivo respecto a Europa.



Edad de Piedra en el norte de África

*      El Paleolítico inferior y medio está bien representado y desde fechas muy remotas. Así, hay numerosas evidencias del Olduvayense y del Achelense, pudiendo añadir a las industrias líticas, diversos tipos de restos humanos, de aspecto. Durante este periodo existe bastante similitud entre las culturas norteafricanas y las de Europa occidental.



*      La cultura ateriense, sin embargo, parece romper esa tendencia y separa la evolución cultural, especialmente en la zona del Sáhara, de la de sus vecinos. Aunque es similar al musteriense en algunas de sus técnicas líticas, tiene particularidades que lo separan, como la costumbre de elaborar utensilios pedunculados o una cronología que no podría ubicarse en las fases de la Prehistoria europea.



*      La cultura iberomaurisiense es otra de esas culturas exclusivas del norte de África, especialmente de las costas magrebíes. Su prolongada cronología se solapa con el Ateriense, y parece abarcar el equivalente a todo el Paleolítico Superior europeo, apreciándose en él una clara evolución. Se trata de una cultura con industria ósea bien desarrollada y una industria lítica a base de hojas, es decir, leptolítica. Con el tiempo tiende a la microlitización, primero laminar y luego geométrica, atestiguándose un temprano empleo de la técnica del golpe de microburil. En cuanto a los restos humanos, destacan los de Mechta el-Arbi y otros, todos ellos de tipo cromañoide.



*      La cultura capsiense es una cultura magrebí que, de nuevo, rompe molde con respecto a los patrones europeos. Comienza siendo claramente epipaleolítica, hacia el 8000 a. C., con una gran riqueza material. Además de útiles laminares y microlíticos los hay foliáceos de bella factura, junto a sus características botellas fabricadas en huevos de avestruz y sus abundantes concheros. La caza, la recolección y el marisqueo debieron ser las fuentes principales de sustento. Pero, hacia el quinto milenio, se adoptan la ganadería, el semisedentarismo y la cerámica. Por todo ello, se habla de un Neolítico de tradición capsiense.



*      El Neolítico de la zona del Nilo es particularmente avanzado, con dos focos principales con sendas culturas: Merimdé, en el Delta, y Badariense en el alto Egipto. Aunque ambas tienen particularidades y diferencias, comparten ciertos rasgos que permiten sostener que había cierta relación. Tienen grandes asentamientos completamente sedentarios, cuya economía se basa en la agricultura y la ganadería. Sus cabañas, hechas con barro, ramas y cañas, contienen hogares, silos para el grano e incluso inhumaciones en fosa con ajuar. La cerámica se desarrolla desde modelos monócromos hasta otros pintados, y la cultura material es demasiado rica como para analizarla aquí. Estas culturas se inscriben en el llamado periodo predinástico de Egipto y son la antesala de una nueva civilización.



El metal y la entrada en la Historia del norte de África



El Nilo: Como es sabido, la eclosión de la civilización egipcia se inicia ya en el IV milenio a. C. con el surgimiento de numerosas ciudades, los primeros jeroglíficos y la aparición de dos grandes estados en el periodo llamado Protodinástico, que acabarán siendo unificados por el primer faraón, el rey Narmer, aproximadamente en el 3150 a. C. De este modo, la zona oriental de África entra muy tempranamente en la Historia y, además, se convierte en un foco de irradiación cultural que no sólo afectará al Mediterráneo, sino también a gran parte del continente africano.



El Magreb, en cambio es un caso muy diferente. Mientras que durante el segundo milenio antes de nuestra era el Mediterráneo comenzaba a ser recorrido por exploradores en busca de materias primas, principalmente cobre y oro, provocando una serie de contactos culturales que a su vez permitieron el nacimiento de numerosos culturas en toda la cuenca: el Magreb parece estancarse entre un neo-eneolítico tardío y pasar su propia «edad oscura». Este fenómeno podría coincidir con la presencia de la etnia bereber, de la que se desconoce su procedencia y la fecha de aparición, aunque los estudiosos parecen coincidir con sus rasgos afroasiáticos. La primera noticia que tenemos de estos pueblos en el Magreb procede de textos egipcios datados en el 2300 a. C., donde se les denomina «téhménow». Los egipcios citan más veces a estos pueblos, ya que en el año 1227 a. C. parece que atacaron el delta, pero esta vez ya se les llama «libou», es decir, libios. En fechas parecidas, 1300 a. C., los libios aparecen representados en los frescos de la tumba del faraón Seti, donde se aprecia claramente que son de piel clara. Lo cierto es que los textos clásicos se referirán, desde entonces, a los indígenas del Magreb como pueblos líbicos, aunque tuviesen diversos linajes. Salvo los textos, estas gentes apenas han dejado restos, y casi todos son de tipo funerario: cistas bajo túmulo, dólmenes  y al final, unos pequeños hipogeos llamados «haouanets. Realmente no es posible hablar de una auténtica edad del Bronce en el Magreb, por el momento.



Prehistoria del África subsahariana



A pesar de que el hombre nació en esta zona de África, cuando los primeros exploradores europeos con intenciones culturales llegaron se encontraron un panorama tristemente desolador, eso alimentó la consideración de bárbaros y salvajes para los habitantes del África negra. Sin embargo, en el corazón del continente florecieron importantes culturas que fueron decayendo, en parte por su propia dinámica interna y, sobre todo, por la continua sangría de la explotación colonial y esclavista iniciada desde los tiempos de los cartagineses, pero que alcanzó dimensiones dantescas con la aparición de mercaderes árabes en la Edad Media y europeos en la Edad Moderna. El florecimiento de las civilizaciones africanas no dejó testimonios escritos, sólo relatos de marineros que hablan de culturas pujantes y armónicas que decayeron con escasa resistencia ante la agresión exterior continuada que acabó por convertirse en colonialismo en el siglo XIX. Es fácil caer en el tópico, pero cuando se profundiza se aprecia la diversidad y profundidad de las raíces culturales de África. No obstante, dado que este artículo se dedica a la Prehistoria, no podemos tratar esas grandes civilizaciones.

Edad de Piedra del África subsahariana



En África subsahariana para la Edad de Piedra suele preferirse la denominación anglosajona:

ESA, se refiere al periodo comprendido desde la aparición del primer ser humano, hace más de dos millones y medio de años, hasta hace unos 200 000 años. Se divide en dos etapas: olduvayense y achelense.



La cultura olduvayense es la más antigua del mundo, aunque recibe el nombre del yacimiento epónimo de Olduvai, en Tanzania, los hallazgos más antiguos aparecen, más al norte, en Etiopía, concretamente en la cuenca del río Omo, donde la investigadora francesa Hélène Roche ha datado herramientas talladas en el arroyo de Kada Gona, por medio del potasio-argón en 2,6 millones de años de antigüedad. La olduvayense es una industria compuesta, fundamentalmente por cantos tallados y lascas. Se atribuye normalmente al Homo habilis  o al Homo rudolfensis, aunque según ciertos investigadores las especies más inteligentes de australopitecos también pudieron elaborar herramientas (por ejemplo el, lo cual plantea numerosas controversias.



El Achelense de esta zona aparece hace 1,5 millones de años, al parecer de la mano de una nueva especie humana, probablemente Homo ergaster, aunque, a decir, verdad, existe un cierto hiato evolutivo en cuanto a los fósiles de este periodo. El Achelense Africano es, sin duda, la cultura originaria, caracterizada por el empleo del bifaz, el hendidor, el canto tallado, la raedera, los denticulados y una serie de técnicas y métodos de talla relativamente avanzados.







 


Edad de los metales en el África subsahariana


Todo parece indicar que los metales tuvieron poca incidencia en los pueblos del África subsahariana, pues eran principalmente gentes seminómadas, de economía cazadora-recolectora que, cuando se neolitizaron, prefirieron la ganadería a la agricultura. Los estudiosos parecen estar de acuerdo en que este tipo de pueblos podría pertenecer a la gran familia de los joisan. Sin embargo, la mayoría de estos pueblos se estancaron culturalmente.



Las primeras noticias de culturas en las que los metales tenían una importancia fundamental son del primer milenio a. C., y probablemente se trata, de pueblos agrícolas protobantúes. Una de cuyas manifestaciones es, probablemente, la Cultura Nok, de Nigeria. Los nok, que vivían en los valles de los ríos Níger y Benué ya eran capaces de fundir y forjar el hierro hace 2.500 años. Por otro lado, se relaciona a los nok con el origen de los bantúes, aunque no hay pruebas.



La Prehistoria en Oriente Medio



Usaremos indistintamente las expresiones "Oriente Medio" y "Oriente Próximo" para designar a la región del Oriente más próxima a Europa, es sinónimo de Asia sudoccidental. En cualquier caso, desde el punto de vista histórico y, más concretamente, prehistórico, el Oriente medio es lo que se llama una Zona Nuclear que irradia continuas innovaciones y cambios y que influyen decisivamente en el desarrollo, no sólo de zonas limítrofes, sino de toda Eurasia.



El Paleolítico en Oriente Medio



Las sub razas humanas son:



Paleolítico inferior: el paso del ser humano por la zona se documenta en Dmanisi, probablemente una variante de Homo ergaster datada entre 1.850.000 y 1.600.000 años de antigüedad; acompañados de una cultura material muy tosca, anterior al Achelense. Los primeros bifaces aparecen en Ubeidiya, junto a restos humanos muy antiguos. El Achelense típico de la zona va desde hace algo más de 800.000 años, hasta unos 150.000 años atrás.

Paleolítico medio: Es muy similar al de toda la cuenca mediterránea, ocupada en aquella época por los neandertales con cultura musteriense. Mugharet et-Tabun, ofrece una secuencia casi completa del Paleolítico Medio: las industrias más antiguas son las el Achelense final seguido de niveles con piezas laminares, auriñacoides. En el techo hay típicas industrias musterienses.



El Mesolítico en Oriente Próximo



Comenzó al finalizar la última glaciación. Al principio, la caza y la recolección siguieron siendo básicas; de hecho en este periodo se inventan el arco y las flechas. Pero, con el tiempo, el nomadismo se transformó en semisedentarismo, la caza se convirtió en simbiosis y la recolección en forrajeo organizado. Así nació la cultura mesolítica más importante del Mesolítico medio-oriental, el Natufiense: en el que ya hay pequeños poblados, asociados a silos y diversas herramientas para cosechar y elaborar cereales panificables.



El Neolítico en Oriente Próximo

La Prehistoria en América



La Edad de Piedra es mucho más tardía sin que todavía se haya averiguado exactamente cuándo comienza. La teoría más aceptada es que el poblamiento humano de América se produjo desde Siberia a través de Estrecho de Bering: algunos datos apuntan a un poblamiento muy temprano, al menos desde hace unos 50.000 años. Otros creen, en cambio, que sólo hay pruebas para afirmar que los seres humanos llegaron hace unos 14.000 años o poco más. En cualquier caso, el aislamiento de América respecto a otros continentes fue casi absoluto lo que justifica que no se emplee la periodización tradicional, sino otra específica adecuada a la realidad arqueológica de este gran continente. En 1958, los arqueólogos Gordon Willey y Philip Phillips propusieron las siguientes etapas:

Periodo Lítico o Paleoindio



Podría equipararse al Paleolítico Superior europeo, comprende desde la llegada de los primeros americanos hasta el comienzo del Holoceno. Dentro de este periodo hay dos fases:



Periodo Arcaico

Arcaico Temprano



Hacia el VIII milenio a. C., a finales de la última glaciación, los antiguos americanos comienzan a experimentar con el cultivo de plantas y la cría de animales, iniciando un largo proceso hacia las primeras poblaciones sedentarias. Esta transición fue más en el centro- noroeste del Perú y en el sur de México. También aparecen los primeros poblados estables y numerosas culturas que viven de la explotación intensiva de recursos oceánicos, cuyos restos más típicos son los concheros, grandes montones de desperdicios de conchas de moluscos. Progresivamente, las comunidades van dependiendo más y más del producto de la agricultura, la ganadería y de la pesca.



Arcaico Tardío



La sedentarización se sigue de un proceso de jerarquización de las comunidades, apareciendo hacia el IV milenio a. C. las primeras jefaturas extra-familiares que se van consolidando lentamente en autoridades políticas permanentes de pueblos que forman grandes rutas de intercambio económico por medio del conocimiento de la astronomía y los ciclos agrícolas.

Concretamente en los Andes sobresale la cultura de Caral, con una fecha inicial superior al 2600 a. C.



Periodo Formativo



Sería el equivalente a la Protohistoria europea, pero más dilatada; inmediatamente después de esta fase aparecen las primeras formas de escritura y las grandes civilizaciones clásicas como la de los Mayas o los Moche. Evidentemente, destaca por novedades como la agricultura, la ganadería, la cerámica... Entre los 4000 a. C. y el comienzo de nuestra era. También se produce la aparición de las primeras sociedades jerarquizadas con formas de gobierno relativamente complejas; de hecho, hay grandes civilizaciones como la de los Olmecas en Mesoamérica y la Cultura Chavín en Sudamérica, que llegan a dominar extensos territorios y a construir importantes centros urbanos en torno a santuarios dedicados al Dios Jaguar. Otras culturas reseñables son las de los Anasazi y sus similares, así como los constructores de Montículos de Norteamérica.



El umbral de la historia americana



En América, la utilización de cobre nativo se remonta hacia el 900 a. C.; poco después comienza una metalurgia auténtica, basada en cobre y, sobre todo, oro y plata. El bronce no aparece hasta poco antes del año 900. El hierro no se conoció hasta la llegada de los europeos. Arriba se explica que con las fases finales de los olmecas, al comenzar nuestra era, nace la escritura en Mesoamérica estamos, pues, entrando ya en la Historia. Esto se corrobora con el hallazgo reciente de ciertos objetos extraídos de zonas donde tuvieron lugar asentamientos olmecas cuya datación mediante el carbono 14 sitúa su origen alrededor del año 900 a. C. Los objetos presentan glifos que, por sus características, han permitido suponer que el sistema de símbolos empleados fue la base del sistema de escritura maya, que alcanzó su mayor perfeccionamiento entre el 200 y el 900 d. C.



Prehistoria en Europa

Edad de Piedra europea



La Edad de la piedra europea sigue dividiéndose en tres etapas, siguiendo las propuestas de John Lubbock en 1865 que separó el Paleolítico y el Neolítico. A éstas se unió el Mesolítico, gracias al descubrimiento del Tardenoisiense por Gabriel de Mortillet etre 1885 y 1897.  Más tarde las tres edades de la piedra fueron precisadas y enriquecidas por las propuestas del abate Breuil en 1932. Desde entonces, aunque se hayan cambiado los cuadros de referencia y muchos conceptos erróneos, la división apenas ha sufrido alteraciones relevantes.



Paleolítico, la primera fase, o Edad Antigua de la Piedra: Es el periodo más antiguo y largo de la historia europea; comenzaría hace aproximadamente un millón de años con la llegada de los primeros humanos. Durante el Paleolítico europeo se suceden, después, otros tipos: Homo heidelbergensis, Homo neanderthalensis y Homo sapiens sapiens; este último vino a través de otra migración provocando la extinción de los neandertales hace 50.000 años. Paralelamente a la evolución humana se produce una evolución cultural: durante el Paleolítico Inferior la cultura dominante en Europa es el Achelense; en el Paleolítico Medio tenemos el Musteriense, quizá el Châtelperroniense sea un epígono de este tipo humano. Con la llegada del hombre moderno se suceden una serie de culturas como el Auriñaciense, el Gravetiense, el Solutrense y el Magdaleniense. Otros elementos importantes para comprender el Paleolítico son las continúas oscilaciones climáticas llamadas glaciaciones, el predominio de la economía cazadora recolectora y la aparición del Arte al mismo tiempo que llega el hombre moderno.



Epipaleolítico/Mesolitítico, la fase intermedia o Edad Media de la Piedra: se refiere al periodo que transcurre desde la retirada del último glaciar, hasta la llegada del Neolítico. Actualmente se discrimina entre culturas epipaleolíticas, de las denominadas culturas mesolíticas.



Neolítico, la última fase o Edad Moderna de la piedra: el Neolítico llega a Europa desde el Próximo oriente a través de los Balcanes y la cuenca Mediterránea en el sexto milenio aunque hay constancia, ya en el VII milenio a. C. de culturas neolíticas sin cerámica y sin hachas pulimentadas en la zona de los Balcanes: se trata de pueblos con una agricultura rudimentaria, itinerante; ganadería, caza, pesca y recolección, y numerosas pervivencias epipaleolíticas. En Chipre, la zona griega y los Balcanes es donde aparece el primer neolítico europeo, muy influido por el anatólico. Aunque los primeros poblados sedentarios son muy pequeños, pronto de desarrolla una cultura con yacimientos como Sesklo o Nea Nikomedia, ambos sobre elevaciones del terreno, con murallas y bastiones y, en su interior, construcciones rectangulares con un vestíbulo de acceso. En la cultura material destaca la cerámica pintada y las figurillas femeninas. En el Mediterráneo occidental se sospecha la existencia de una fase precerámica fundamentalmente ganadera y aferrada a los hábitats en cueva, la primera gran civilización panmediterránea plenamente neolítica es la de Cerámica impresas Cardiales. Probablemente un pueblo de pescadores identificable por sus típicas cerámicas decoradas con impresiones de conchas de berberecho que aparecen tanto en la orilla africana como en la europea, desde Dalmacia a la península Ibérica. En el quinto milenio otra oleada neolitizadora penetra en Europa a través del Danubio, se caracteriza por la llamada Cerámica de bandas y su influencia se extiende desde lo que hoy es Hungría hasta los actuales Países Bajos. La cerámica de bandas está decorada en frisos superpuestos con motivos diversos, destacando los meandros, las volutas y las formas angulosas. Esta cultura habita en poblados fortificados, algunos de gran tamaño. Existen otras culturas menos homogéneas que no pueden tratarse en un artículo general como éste.



El caso es que antes del año 4000 a. C. toda Europa estaba neolitizada. Fue hacia esa época cuando empezaron a aparecer, más o menos simultáneamente, en varias regiones atlánticas unas estructuras colosales de carácter mayoritariamente funerario englobadas en un fenómeno denominado megalitismo. Este nuevo aspecto cultural sobrepasó el ámbito de la Edad de Piedra, perdurando durante el Calcolítico y la Edad del Bronce. El fenómeno megalítico evolucionó hasta el 1500 a. C., llegándose a construir algunos monumentos impresionantes hacia los momentos finales.



Los monumentos megalíticos han sido interpretados como centros simbólicos y/o rituales de las poblaciones de su entorno, de las cuales se conocen muy pocos datos: algunas cabañas dispersas de madera o piedra, acumulaciones de sílex, fosas y hogares, son las evidencias halladas. La excepción la constituye el interesante poblado de Skara Brae, en las islas Orcadas. También se han encontrado en el norte y noroeste de Europa ciertos recintos delimitados por fosos sucesivos, terraplenes y empalizadas, denominados campos atrincherados, que funcionarían, posiblemente, como espacios rituales complementarios de los megalitos.



Un monumento megalítico es una construcción formada por piedras gigantescas, de ahí su nombre: megas: gigante y, lithos: piedra. Hay cinco clases de monumentos megalíticos:



Menhir: es una gran piedra puesta de pie que marcaría un lugar sagrado.

Alineamiento: es un conjunto de menhires puestos en fila.

Crómlech: es un conjunto de menhires puestos en círculo. Se supone que el alineamiento y el crómlech eran templos al aire libre

Dolmen: Es el monumento más complejo. Se trata de un lugar para enterrar a los muertos de la tribu. Constaba de un corredor o pasillo de entrada y de una cámara funeraria, ambos construidos con grandes lajas de piedra. Todo ello cubierto por un montículo de tierra y cascotes llamado túmulo. El dolmen es como una montaña artificial con una cueva artificial en su interior. Todos los difuntos eran depositados en la misma cámara funeraria, ya que se trataba de un lugar de enterramiento colectivo. Junto a los difuntos se colocaban ofrendas funerarias.

Trilito: Dos piedras paralelas y verticales, no muy separadas entre si y una horizontal puesta sobre ella.



Edad de los metales en Europa



El Calcolítico o Eneolítico es la Edad del Cobre. Esta fase es, a menudo, difícil de definir, pues la presencia de objetos de cobre no siempre supone un cambio cultural importante respecto al Neolítico, por lo que suele tratarse como un estadio intermedio entre el final de la edad de Piedra Mesolítico y la Edad del Bronce. No obstante, es posible utilizar esta denominación para algunas culturas, que presentan rasgos claramente diferenciados; en el periodo que transcurre entre el cuarto y el segundo milenio a. C.. Quizá convenga aclarar que no se tratarán aquí las culturas del tercer milenio del Egeo, por considerarlas más avanzadas, en la línea de otras del Próximo Oriente, tal vez protohistóricas y incluso podrían incluirse en los inicios de la Historia antigua del mundo preclásico.



El cobre aparece hace más de 6.000 años, a finales del Neolítico, en Oriente Medio, en forma de objetos martillados a partir de pepitas de metal nativo. La fundición es algo posterior y penetra en Europa a través del Cáucaso y Anatolia en el IV milenio a. C. Aunque hay especialistas que sostienen un descubrimiento autóctono del cobre en el sureste de Europa, tan antiguo como el de Oriente. En efecto, la zona de Serbia, y Sur de Rumanía es la primera en la que se atestigua la fundición del cobre, desde allí, los préstamos culturales parecen extenderse en todas direcciones. Este primer centro metalúrgico se da en el IV milenio a. C.



Las tumbas campaniformes son fosas individuales en las que se deposita el cadáver en posición contraída con un ajuar que suele constar de la típica cerámica campaniforme y otros objetos no menos característicos: puntas foliáceas de flecha talladas en piedra, brazaletes de arquero, armas de bronce: un puñal de lengüeta, puntas de lanza de cobre, varias leznas, adornos en oro de diversa entidad y botones de hueso perforados en V. Se trata pues de un ajuar con muchos objetos ofensivos y de prestigio; por eso, se especula ante un auténtico control por parte de los pueblos campaniformes sobre casi toda Europa occidental, basado en el dominio de la metalurgia, en la destreza en el manejo del arco y, tal vez, en el aprovechamiento del caballo como montura.

omar y cesar jugaron en el barcelona contra el real madrid y ivan perdiendo pero omar metio gol de chilena y cesar un de media cancha y les dieron la buelta y ganaron 5-3 ganaron la chanpion ligue.





Evolución Humana

La evolución humana explica el proceso de evolución biológica de la especie humana desde sus ancestros hasta el estado actual. El estudio de dicho proceso requiere un análisis interdisciplinar en el que se aúnen conocimientos procedentes de ciencias como la genética, la antropología física, la paleontología, la estratigrafía, la geocronología, la arqueología y la lingüística.



El término humano, en el contexto de su evolución, se refiere a los individuos del género Homo. Sin embargo, los estudios de la evolución humana incluyen otros homininos, como Ardipithecus, Australopithecus, etc. Los científicos han estimado que las líneas evolutivas de los seres humanos y de los chimpancés se separaron hace entre 5 y 7 millones de años. A partir de esta separación la estirpe humana siguió ramificándose originando nuevas especies, todas extintas actualmente a excepción de Homo sapiens.



Los pre-australopitecinos



Los primeros posibles homínidos bípedos son Sahelanthropus tchadiensis, Orrorin tugenensis y Ardipithecus. Los fósiles de estos homínidos son escasos y fragmentarios y no hay acuerdo general sobre si eran totalmente bípedos. No obstante, tras el descubrimiento del esqueleto casi completo apodado Ardi, se han podido resolver algunas dudas al respecto; así, la forma de la parte superior de la pelvis indica que era bípedo y que caminaba con la espalda recta, pero la forma del pie, con el dedo gordo dirigido hacia adentro en vez de ser paralelo a los demás, indica que debía caminar apoyándose sobre la parte externa de los pies y que no podía recorrer grandes distancias.



Los australopitecinos



Los primeros homininos de los que se tiene la seguridad de que fueron completamente bípedos son los miembros del género Australopithecus, de los que se han conservado esqueletos muy completos. Este tipo de hominino prosperó en las sabanas arboladas del este de África entre 4 y 2,5 millones de años atrás con notable éxito ecológico, como lo demuestra la radiación que experimentó, con al menos cinco especies diferentes esparcidas desde Etiopía y el Chad hasta Sudáfrica.



Su desaparición se ha atribuido a la crisis climática que se inició hace unos 2,8 millones de años y que condujo a una desertificación de la sabana con la consiguiente expansión de los ecosistemas abiertos, esteparios. Como resultado de esta presión evolutiva, algunos Australopithecus se especializaron en la explotación de productos vegetales duros y de escaso valor nutritivo, desarrollando un impresionante aparato masticador, originando al Paranthropus; otros Australopithecus se hicieron paulatinamente más carnívoros, originando a los primeros Homo.



Los primeros Homo



Clásicamente se consideran como perteneciente al género Homo los homínidos capaces de elaborar herramientas de piedra. No obstante, esta visión ha sido puesta en duda en los últimos años; por ejemplo, se ha sugerido que Australopithecus ghari, hace 2,5 millones de años fue capaz de fabricar herramientas. Las primeras herramientas eran muy simples y se encuadran en la industria lítica conocida como Olduvayense o Modo 1. Las más antiguas proceden de la región de Afar y su antigüedad se estima en unos 2,6 millones de años, pero no existen fósiles de homínidos asociados a ellos. De esta fase se ha descrito dos especies, Homo rudolfensis y Homo habilis, que habitaron África Oriental entre 2,5 y 1,8 millones de años atrás, que a veces se reúnen en una sola. El volumen craneal de estas especies oscila entre 650 y 800 cm³.







Los fósiles más antiguos de Homo sapiens datan de hace unos 200.000 años. Hace unos 90.000 años llegó al Próximo Oriente donde se encontró con el Hombre de Neanderthal que huía hacia el sur de la glaciación que se abatía sobre Europa. Homo sapiens siguió su expansión y hace unos 45.000 llegó a Europa Occidental; paralelamente, el Hombre de Neanderthal se fue retirando, empujado por H. sapiens, a la periferia de su área de distribución, donde desapareció hace unos 28.000 años.

Aunque H. neanderthalensis ha sido considerado con frecuencia como subespecie de Homo sapiens, el análisis del genoma mitocondrial completo de fósiles de H. neanderthalensis sugieren que la diferencia existente es suficiente para considerarlos como dos especies diferentes, separadas desde hace 660.000 años.



Homo sapiens



Los parientes vivos más cercanos a nuestra especie son los grandes simios: el gorila, el chimpancé, el bonobo y el orangután.

Demostración palmaria de este parentesco es que un mapeo del genoma humano actual indica que Homo sapiens comparte casi el 99% de los genes con el chimpancé y con el bonobo. Para mayor precisión, el genoma de cualquier individuo de nuestra especie tiene una diferencia de sólo el 0,27% respecto al genoma de Pan troglodytes y de 0,65% respecto al genoma de los gorilas.

Los fósiles más antiguos de Homo sapiens tienen una antigüedad de casi 200.000 años y proceden del sur de Etiopía, considerada como la cuna de la humanidad. A estos restos fósiles siguen en antigüedad los de Homo sapiens idaltu, con unos 160.000 años.



Para lograr la postura y marcha erecta han tenido que aparecer importantes modificaciones:



Cráneo. Para permitir la bipedestación, el foramen magnum,  el foramen magnun se ha "desplazado" casi hacia la base del mismo.



Columna vertebral. La columna vertebral bastante rectilínea en los simios, en el Homo sapiens y en sus ancestros bípedos ha adquirido curvaturas que permiten soportar mejor el peso de la parte superior del cuerpo, tales curvaturas tienen un efecto "resorte". Por lo demás la columna vertebral ha podido erguirse casi 90º a la altura de la pelvis; si se compara con un chimpancé se nota que al carecer este primate de la curva lumbar, su cuerpo resulta empujado hacía adelante por el propio peso. En la raquis humana el centro de gravedad se ha desplazado, de modo que el centro de gravedad de todo el cuerpo se sitúa encima del soporte que constituyen los pies; al tener el Homo sapiens una cabeza relativamente grande el centro de gravedad corporal es bastante inestable.



Pelvis. La pelvis se ha debido ensanchar, lo cual ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie. Los huesos ilíacos de la región pelviana en los Homo sapiens "giran" hacia el interior de la pelvis, esto le permite soportar mejor el peso de los órganos al estar en posición erecta. La citada modificación de la pelvis implica una disminución importante en la velocidad posible de la carrera por parte de los humanos. La bipedestación implica una posición de la pelvis, que hace que las crías nazcan "prematuras": en efecto, el parto humano es denominado ventral acodado ya que existe casi un ángulo recto entre la cavidad abdominal y la vagina que en el pubis de la mujer es casi frontal, si en todos los otros mamíferos el llamado canal de parto es muy breve, en cambio en las hembras de Homo sapiens es muy prolongado y sinuoso, esto hace dificultosos los alumbramientos. Como se verá más adelante, esto ha sido fundamental en la evolución de nuestra especie.



Piernas. También para la bipedestación ha habido otros cambios morfológicos muy importantes y evidentes, particularmente en los miembros y articulaciones. Los miembros inferiores se han robustecido, el fémur humano se inclina hacia adentro, de modo que le posibilita la marcha sin necesidad de girar casi todo el cuerpo; la articulación de la rodilla se ha vuelto casi omnidireccional, aunque en los monos -por ejemplo el chimpancé- existe una mayor flexibilidad de la articulación de la rodilla, lo que facilita un mejor desplazamiento por las copas de los árboles, es así que el humano a diferencia de sus parientes más próximos no marcha con las rodillas dobladas.



Pies. En los humanos los pies se han alargado, particularmente en el talón, reduciéndose algo los dedos del pie y dejando de ser oponible el "pulgar” del pie, en líneas generales el pie ha perdido casi totalmente la capacidad de aprehensión. Se sabe, en efecto, que el pie humano ha dejado de estar capacitado para aferrarse a las ramas, pasando en cambio a tener una función importante en el soporte de todo el cuerpo. El dedo mayor del pie tiene una función vital para lograr el equilibrio de los homininos durante la marcha y la postura erecta; en efecto, el pulgar del pie de un chimpancé es transversal, lo que permite al simio aferrarse más fácilmente de las ramas, en cambio el "pulgar" del pie humano, al estar alineado, facilita el equilibrio y el impulso hacia adelante al marchar o correr. Los huesos de los miembros inferiores son relativamente rectilíneos en comparación con los de otros primates.





Aspectos morfológicos

Diferencias con otros primates



Cuando los ancestros del Homo sapiens y otros muchos primates vivían en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron perder la capacidad genética, que tiene la mayoría de los animales, de sintetizar en su propio organismo tal vitamina. Tales pérdidas durante la evolución han implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron superpobladas, los primitivos homínidos se vieron forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes de nutrientes. Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve, esto explica la susceptibilidad de nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación sanguínea y linfática.







Visión



El humano hereda de los prosimios la visión estereoscópica y pancromática; los ojos en la parte delantera de la cabeza posibilitan la visión estereoscópica, pero si esa característica surge en los prosimios como una adaptación para moverse mejor durante la noche o en ambientes umbríos como los de las junglas, en Homo sapiens tal función cobra otro valor; facilita la mirada a lontananza, el otear horizontes, en este aspecto la visión es bastante más aguda en los humanos que en los otros primates y en los prosimios. Esto facilitará el hecho por el cual Homo sapiens sea un ser altamente visual y facilitará asimismo lo imaginario.



Especialización



Pese al conjunto de modificaciones morfológicas antes reseñadas, desde el punto de vista de la anatomía comparada, llama la atención una cuestión: Homo sapiens es un animal relativamente poco especializado. En efecto, gran parte de las especies animales ha logrado algún tipo de especialización anatómica, pero las especializaciones, si suelen ser una óptima adaptación a un determinado bioma, conllevan el riesgo de la desaparición de la especie especializada y asociada a tal bioma si éste se modifica.

Homo sapiens es, por su anatomía, un animal muy vulnerable si se encuentra en condiciones naturales. Asociado al hecho por el cual morfológicamente el ser humano tenga características que le aproximan a las de un chimpancé "niño" se encuentra el 'ortognatismo' y esto quiere decir, entre otras cuestiones, que los dientes de Homo sapiens son relativamente pequeños y poco especializados, las mandíbulas, por esto, se ha abreviado y hecho más delicadas, falta además el diastema o espacio en donde encajan los colmillos. La debilidad de las mandíbulas humanas las hace casi totalmente inútiles para la defensa a mordiscos ante un predador y, asimismo, son muy deficientes para poder consumir gran parte del alimento en su estado natural, lo que es uno de los muchos déficits corporales que llevan al humano a vivir en una sociedad organizada.



Aparición del lenguaje simbólico



Hablar de la aparición del lenguaje humano, lenguaje simbólico, por lógica parecería implicar que hay que hablar previamente de la cerebración, y eso es bastante cierto, pero el lenguaje humano simbólico tiene sus antecedentes en momentos y cambios morfológicos que son previos a cambios importantes en la estructura del sistema nervioso central. Por ejemplo, los chimpancés pueden realizar un esbozo primario de lenguaje simbólico basándose en la mímica. Ahora bien, el lenguaje simbólico por excelencia es el basado en los significantes acústicos, y para que una especie tenga la capacidad de articular sonidos discretos, se requieren más innovaciones morfológicas, algunas de ellas muy probablemente anteriores al desarrollo de un cerebro lo suficientemente complejo como para pensar de modo simbólico. En efecto, observemos la orofaringe y la laringe: en los mamíferos, a excepción del humano, la laringe se encuentra en la parte alta de la garganta, de modo que la epiglotis cierra la tráquea de un modo estanco al beber e ingerir comida. En cambio, en Homo sapiens, la laringe se ubica más abajo, lo que permite a las cuerdas vocales la producción de sonidos más claramente diferenciados y variados, pero al no poder ocluir completamente la epiglotis, la respiración y la ingesta deben alternarse para que el sujeto no se ahogue. El acortamiento del prognatismo que se compensa con una elevación de la bóveda palatina facilita el lenguaje oral. Otro elemento de relevante importancia es la posición y estructura del hioides, su gracilidad y motilidad permitirán un lenguaje oral lo suficientemente articulado.






CONCLUSIÓN



En el estudio de este tema dimos un extenso recorrido por nuestra historia, pues conocimos de donde provenimos, cuales fueron las etapas de nuestras vidas, que características teníamos, como las fuimos desarrollando al paso de los años, nuestros descendientes; etc. Así mismo conocimos por medio de imágenes y videos nuestras características físicas, la manera de caminar. Conocimos toda la evolución humana. Fue una experiencia agradable el leer y comprender estos temas pues conocimos muchas de las cosas por las cuales descendemos pero q posiblemente no conocíamos.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ayudo con mi tarea gracias

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